Todo tiene una razón
Nunca pierdas tiempo ni energía pensando que te gustaría estar en otra parte, haciendo algo distinto. Acepta tu situación y date cuenta de que estás donde estás, haciendo lo que estás haciendo, por una razón muy específica.
Date cuenta de que nada es por casualidad, de que tienes ciertas lecciones que aprender y de que la situación en la que te encuentras se te ha dado para permitirte aprender esas lecciones de la forma más rápida posible, para que puedas proseguir adelante en este camino espiritual. Sin duda no querrás quedarte atrapada en un carril, por muy seguro que éste te resulte.
Piensa lo aburrida y poco interesante que sería la vida si ésa fuera tu elección. La vida está llena de emoción y de un sentido de expectativa siempre que estés dispuesta a avanzar sin temor en lo desconocido y a dar el siguiente paso con absoluta fe y confianza.
Tu meta no es ser mejor que alguien, sino ser mejor de lo que solías ser.
Wayne Dyer
Y es que la vida es un espejo. Todo lo que tenemos que sanar dentro de nosotros, lo vemos proyectado en el exterior a través de situaciones, personas, retos, dificultades e incluso enfermedades, por duro que nos parezca.
Para dejar de juzgar hay que aprender a vivir en el aquí y el ahora, en vez de irnos al futuro o al pasado.
Para vivir en el presente, la solución es centrarnos en nuestra respiración y en nuestro cuerpo. Observar cómo nos sentimos en el momento de estar realizando un juicio.
Probablemente notaremos tensión en alguna parte del cuerpo. Si observamos la respiración, ésta aparecerá entrecortada o será muy superficial.
Cuando te sientas más relajada y más tranquila, vuelve de nuevo al juicio: ¿de verdad tiene sentido hacerlo? ¿Qué obtienes de positivo pensando así?.
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